Cuando el níspero fructifica (ya produce el fruto) se realizan dos tipos de poda: la primera es el aclareo en la que se eliminan hojas y ramas muertas, y los frutos que no estén en las condiciones óptimas. Con esto se evitará que el árbol pese mucho cuando continúen saliendo los frutos y los que han empezado a salir puedan crecer lo suficiente y engordar.
La segunda es la de fructificación, en la que se trata de eliminar las ramas de inflorescencia, con esto se logra que al año siguiente, el níspero fructifique en otras ramas, para así obtener más frutos.
Por último, en algunos casos los agricultores optan por realizar una poda de «regeneración» con lo que se consigue regenerar las ramas agotadas y en mal estado para que vuelvan a producir, ya que en algunos casos los árboles pueden dejar de producir frutos por el paso de los años.