El aclareo se suele realizar en tres fases: una primera de eliminación de hijuelos, que son racimos pequeños y de peor calidad. Después se elimina la mitad superior de los racimos de flores, pellizcando con las manos uno a uno. Y finalmente, se eliminan los frutitos cuando son del tamaño de una aceituna, también uno a uno, con la intención de dejar solo los 3 o 4 frutitos de mejor calidad.